La Agenda Semanal

Una selección de propuestas de ocio y cultura en Madrid

18 octubre, 2007

Pasado, presente y Futuro de la Agenda

Si alguien quiere escribir mi biografía
No hay nada más sencillo
Dispone de dos fechas solamente:
La del día en que te conocí
Y la del que te fuiste.
Entre una y otra transcurrió mi vida.
Lo que ocurriera antes, lo olvidé.
Lo que suceda ya, carece de importancia (Juan Bonilla)


Estimados agenderos,

Es que ahora que se acerca la fecha de mi cumpleaños, me he puesto a recordar(me) y para no olvidar (porque quien olvida su historia está condenado a repetirla) acudí a dos eventos que ahora pasaré a detallaros. Uno me trajo de vuelta mi infancia, y un cine y una película de miedo que nunca he superado. Otro evento me ha devuelto mi tierna adolescencia, y la nostalgia de las ideas pasadas. El resto, como es futuro, entenderéis que aún no me ha dado tiempo a verlo, pero da igual, aún así os los recomiendo.

CINE

El orfanato. Aquellos que leyeron la crónica de mi viaje a Amberes, se partieron de risa cuando yo relataba que lo peor no fue ir sola a esa maldita reunión de trabajo, lo peor no fue no saber hablar un idioma que se suponía que debía de conocer ..no, lo peor fue el hotel en el que me alojé, y sus malditos pasillos interminables por los que en cualquier momento podía aparecer(me) el niño de “El resplandor” pedaleando en su triciclo.

Y es que agenderos, yo sufrí (más que vi) esa película cuando no levantaba un palmo del suelo y aunque ahora no es que hayamos avanzado en ese tema (estamos a palmo y medio), quizás si me enfrentara a Jack Nicolson y a su hacha con esta edad (dentro de nada edad + 1), lo haría con otra cara....¿lo haría? Tengo que confesaros que no, si a los hechos me remito. Y éstos fueron más que evidentes el pasado viernes día 12 de octubre cuando vi (y sufrí) El Orfanato.

Esta vez no me tape los ojos como en El Resplandor pero me tapé los oídos. Y chillé. Si chillé. Y apretujé el brazo de quien estaba a mi lado (que también chilló y también me apretujó a mí). Y casi me da un infarto cuando no se sabe porqué motivo se encendieron y se apagaron las luces del cine en mitad de la película. Como cuando era pequeña y veía esas películas, después no me quería ir a dormir sola porque seguramente junto con el niño del triciclo iba a tener a otros cinco enanos pululando por ahí.


En definitiva, que salí de la sala taquicárdica perdida, con dolor de cuello por haberlo tenido todo el rato incrustado entre los hombros y con la misma sensación que cuando vi El Resplandor. ¿La misma? No lo creo. Esta vez, me encantó pasar miedo.

Ah...y otra cosa que me encantó y que me recordó a mi infancia. Antes de empezar la película, nos pusieron un corto.


TEATRO

Olvida los tambores. Si el viernes volví a ser la niña que fui (o al menos una parte), el sábado me tocó mirar hacia mi preciosa (y afortunadamente pasada) adolescencia.

Seguía sin levantar yo un palmo del suelo (pero ahora era un palmo lleno de curvas que habían salido de dios sabe donde y que no creáis que me convencían), cuando fui al teatro a ver “Los ochenta son nuestros”, obra escrita (y esa vez dirigida) por Ana Diosdado. Unos jovencitos Amparo Larrañaga, Luis Merlo, Lidia Bosh, Iñaki Miramón y Toni Cantó entre otros, protagonizaban a unos adolescentes, que preparaban (primer acto) y celebraban (segundo acto) la fiesta de Nochevieja. Durante todo el tiempo que duraba la función los protagonistas hablaban (y con mucho humor por cierto) de las únicas cosas que para nosotros en ese momento eran importantes: el grupo, los padres, mi chico, no ser su chica...

Por eso, cuando el sábado me senté en mi butaca y empezó la representación, no puede dejar de mirar hacia dentro para pasar inevitablemente a mirar hacia fuera. Porque en Olvida los Tambores, se habla también de una época (los años 70), también hay una preparación (primer acto) y una celebración (segundo) pero esta vez de una cena. Y también sus protagonistas hablan de cosas que yo en este momento hablo. De la pareja, del trabajo, de cambiar ideales o de no cambiarlos aunque eso pueda dar lugar a críticas.




En fin, que otra vez Ana Diosdado, me regaló una foto de “mi época”.

Ah y también me regaló una foto en “blanco y negro” porque allí sobre el escenario, sin melenas y sin abanico estaba uno de los componentes de Locomía...para recordarme que “el tiempo pasa, nos vamos haciendo viejos”.

No olvides que los tambores suenan en el Teatro de la Latina


EXPOSICIONES

Roberto Verino: 25 años de moda. Pues si Roberto lleva 25 años de moda, yo señores, también llevo los míos. Que él se habrá pasado un cuarto de siglo diseñando modelitos, pero yo desde que a los 8 me alejé de las faldas maternales, llevo cuatro lustros creando estilo con lo que encuentro en las tiendas.

Que no dudo yo de que Roberto se haya merecido destacar por su imaginación inagotable, por su gusto exquisito y por su elegancia innata, pero que una también lo ha hecho consiguiendo estar mona con su talla 34-36 y sus zapatitos del numero 32.



Así que dios me libre de poner reparo alguno a que sus trajes salten de las pasarelas a las vitrinas y a que un Museo le dedique una exposición a él solito por su buen hacer. Por eso tú Roberto, quédate con las salas que te cede el Museo del Traje para esta ocasión que yo por mi parte, me conformo con ver mis trapitos en el armario que me compré en IKEA y que son la envidia de más de una (exactamente de dos).

Roberto estará de moda hasta el día 11 de noviembre


MÚSICA

Madrid bajo las estrellas. Hay quien piensa que el futuro está escrito en las estrellas. Claro, ahora entiendo porqué no soy capaz de dilucidar el mío. ¿Cómo se puede leer algo en el cielo de Madrid? Entre la contaminación atmosférica y la luminosa no hay quién acierte con el horóscopo.

Para aquellos que quieran conocer los secretos de su porvenir, les propongo acercarse a observar a estos astros sin ninguna neblina de por medio. Sin embargo y como no se puede tener todo en esta vida, las estrellas os aseguro que se verán, pero la interpretación de lo que os depare su “posición” corre sólo a vuestro cargo.




Si a los diez minutos de intentar adivinar si en amor bien, pero en trabajo regular y si mejor ni lo intentamos con la salud porque sólo entendemos “haga deporte” (que es lo que me dice a mí el horóscopo siempre) que no cunda el pánico. No hay porqué desesperarse por tener los mismos conocimientos de astrología que Aramis Fuster.

Asi que agenderos, dejaros de lecturas futuras y disfrutad de sólo de las del presente. Y el presente no sólo se abre ante vuestros ojos sino también ante vuestros oídos. Porque este viernes y este sábado a las ocho podréis “ver y oír” a Javier Coble Quartet (e invitados) en el Planetario de Madrid (Avd del Planetario 16). Y todo eso bajo un cielo estrellado. Lo que no haya en Madrid...

NIÑOS

El aula de los sentidos. Pues sí agenderos, si habéis sufrido a algún padre diciendo eso de:- es que el niño esta experimentando texturas- cuando lo que el energúmeno está haciendo en realidad es manosear toda la bandeja de pasteles que acabas de sacar a los invitados, o si algún retoño visitante se ha echado encima todo tu carísimo bote de colonia: -porque hija, ahora le ha dado por olerlo todo- tengo una respuesta rápida y eficaz para que los niños agoten toda su “curiosidad sensorial”....a ser posible lejos de tu casa.

Cosmocaixa de Madrid (c/ Pintor Velázquez s/n; Alcobendas) ofrece desde el pasado día 6 de Octubre y hasta el 16 de diciembre (sábados y domingos a las 11.30 y a las 16.30) este taller para los más pequeños. Se encuentra dentro del ciclo “Actividades de familiares de fin de semana”.


En fin parexelianos y gentes de otras galaxias, un fin de semana para el recuerdo, para ponerse guap@s e invitar a sentarse a quien querais bajo las estrellas (desconfía de quien te diga que en Madrid no se pueden ver). Un fin de semana que aumente en dos días vuestra biografía. Hacedla interesante ¿vale? Y como siempre, y por favor, mucho cuidadito, que el lunes no quiero a ningún falto de sentidos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Soy un niño que está experimentando texturas y me gustó mucho la exposición que recomiendas. Fdo: Niño.

¡Es broma! ¡Feliz cumpleaños, Elia! Sigue seleccionando para nosotros las mejores cosas de Madrid.

Un abrazo

10/23/2007 2:44 p. m.  

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